FLORINDA, AURELIANO, y MERCEDES.

Florinda el día de su boda


FLORINDA

Alegre, servicial, inocente y pícara a la vez.
Florinda es una cuyana hermosa que sabe amar, disculpar y trabajar con
simpatía.
Nacida en un ranchito de la sierra, en los alrededores de Punta Brava,
es  la joven con aire salvaje de quien se enamora Aureliano, el gaucho tropero de nuestra historia.

Florinda tiene la gracia y la picardía que da la juventud y el buen carácter.
Es sabia en su  sencillez, con un sentido común que le da la vida y su convivencia con doña Rosa Ugarte, quien la protege y la educa desde niña.

Ranchito materno en la sierra donde vive parte de su familia

Un momento inolvidable de  los relatos de Florinda lo disfrutamos cuando le cuenta a doña Rosa la historia reciente y policial del episodio en la Casa de Visitas de  Carmen Gómez:  "La Golondrina" y su hija habían amenazado a las nuevas "trabajadoras" de la zona, y fueron sacadas a la calle a fuerza del cuchillo que la Madama guardaba en su liga.


Todas las emociones de Florinda pasan a nosotros, y para terminar, remata  su  cuento con una conclusión a su estilo:  una lógica casi infantil, y por eso mismo tan llena de fresca honestidad.



Campos de pastoreo donde llevaba a las ovejas
Al llegar al momento más trágico de su vida, quienes siguen su historia esperan que el destino  se dé  vuelta a su favor. Es inaceptable una suerte dolorosa para quien sólo ha esparcido generosidad y gracia a su alrededor. 



Los barrancos arcillosos de la Garganta del Diablo
donde ni el más valiente se atrevía



Florinda tuvo algo maravilloso que no todas las mujeres obtienen: fue realmente amada.
Aureliano la amó al punto de casarse con ella para vencer, en parte, la atración irremediable que lo unía a Magdalena.
Fue amada por sus vecinos, por su tutotra, doña Rosa y su esposo don Tancredi.
Lo que nunca puede quitársele a los buenos, es que sean amados.



Cierto es que no pudo disfrutarlo por mucho tiempo. Sin embargo, el amor tal vez no se mida por cronómetros, sino por su ser.
Una vez que el amor "es" en la vida de alguien, no puede borrarse jamás.
Como decía el pedagogo  francés Paul Mauriat: "el amor deja en las personas huellas imborrables que perduran para toda la vida".
Desde este punto de vista, Florinda fue feliz. Tuvo amor y amó.
Tuvo lo más importante que un ser humano puede tener.




Parroquia de Monte Carmelo donde se celebra su boda

Alguien comentó una vez: “Florinda no se merecía tal suerte”. Es verdad.
Florinda no mereció ser engañada, ni enfermar, ni morir del modo en que le ocurre.
¿Por qué  -a nuestro juicio- no merecía?
Porque no hizo nada para recibir a cambio traición y maldad.
Entonces, podemos preguntarnos “¿por qué?”…
Como tantas veces lo hacemos al experimentar  la desgracia de los niños,  los inocentes,  los buenos,  los justos…

Florinda atendiendo en la Pulpería de los Tancredi
La vida se empeña en demostrarnos que nuestras apreciaciones de merecimiento y justicia no son correctas en estos casos.

Será que hay algunas leyes de la vida humana que ignoramos, o no podemos imaginar o aceptar todavía, en el actual grado de evolución de nuestra conciencia.
Por eso parece todo azaroso, caótico, injusto.
Por eso nos rebelamos, o lo aceptamos desde la fe en los misterios divinos.

Para algunos, que se guían por la lógica, y que descuentan como correctas sus reflexiones, la cruda realidad del sufrimiento humano es suficiente para demostrar que Dios no existe, que la vida es un Azar, que en el universo no hay causas y efectos para la conducta… En fin, todo lo que sostienen las filosofías nihilistas y existencialistas.

Si llegamos hasta aquí,  y nos planteamos una de las mayores preguntas de la Filosofía de todos los tiempos, Florinda ha cumplido con creces su misión.
Nos pone ante el misterio del dolor y nos guía hasta  más allá de lo físico.

Así hacen los seres queridos que parten, víctimas de algún drama que no merecen: enfermedades, abusos, asaltos, accidentes.

Tal vez lo único que nos queda es desarticular la noción dual de que la causa del dolor o la felicidad en alguien, está relacionada con su culpa o su inocencia.

Quizá por el momento, sólo tengamos que atrevernos a eso… a dejar perpleja a nuestra mente que todo lo cataloga, lo rotula y lo define según sus parámetros…

Posiblemente es ahí donde tenemos que aflojar la tirantez de los razonamientos lineales y acceder al llamado “pensamiento lateral”.



Las piecitas de alquiler de doña Rosa donde viven con Aureliano

Gracias Florinda, por habernos llevado a ver lo necesario que es “no juzgar” para comprender… Por habernos dejado en las puertas de la infinitud de la Vida, completamente humildes, desconocedores y contemplativos.



*Voz de Florinda en la Radionovela:  Marina Sacaba.









AURELIANO

Aureliano Leguizamón es un gaucho nacido en las sierras cordobesas que vive arriando animales.
Tropero o Resero en el lenguaje criollo, traslada ganado de las estancias a la ciudad para su comercio;  o de una zona a otra, para cría y yerra.
Al respecto de su trabajo, típico del gauchaje latinoamericano, el poeta nos recita...

“Es lindo ser peón tropero
porque cambia con frecuencia
de patrón y de querencia,
de pago y de compañero...
Tiende ande quiera el apero,
el cielo es ancha guarida...
Un bailongo, una querida,
y en cien pagos diferentes
conoce distinta gente
que hacen conocer la vida”

Trecho de “En el partidero”,
de Wenceslao Varela



Trabajando con los animales


Aureliano  queda huérfano desde muy joven. Su única familia es su hermana menor Mercedes, a quien se ve en la obligación de cuidar y educar.


Buscando lo mejor para ella, la inscribe en un Internado católico para señoritas en la ciudad de Córdoba, donde  recibe la educación necesaria para ser maestra y defenderse en la vida, poco fácil para las mujeres en 1920.


Mercedes Leguizamón, su hermana menor
y amiga incondicional

Aureliano ama la libertad que le da su forma de vida y no piensa en amores para toda la vida hasta que conoce a Magdalena Algañaraz, compañera de estudios y amiga del alma de su hermana Mercedes.


Internado Católico de Córdoba

Aureliano llega a Punta Brava con animales, pero en realidad, viene a acercarse a Magdalena, quien lo deslumbrara en la fiesta de fin de ciclo del Internado.
El aspecto angelical de ella, los cabellos rubios, los encajes blancos... Era la imagen misma de lo celestial y de la dama rica, a la que pocas veces un criollo del campo puede aspirar.

Ilusionado con hablarle ese verano, llega a Punta Brava, donde por esas cosas del destino se le cruza Florinda...
Conflictos intensos le va a producir esa situación, llena de pormenores que van condicionando su destino.
¡Ir tras una mujer y enamorarse de otra que aparece en el camino!


Haciendo el asado en la fiesta de la Estancia La Cortejada


Por momentos entregado a sus sentimientos, por momentos arisco, pronto a rebelarse con cualquier mujer que quiera decirle cómo hacer las cosas.
De caracter noble, pero con debilidades típicas del hombre con influencias machistas, infaltables en la época , y más todavía en la ideosincarasia gauchesca.

El amor entre él y Florinda nace de repente, a primera vista, con toda la intensidad  de las pasiones que se desatan burlando al tiempo.

Respetuoso, entrador, buen bailarín, amigo del trabajo y enemigo de la bebida,

Aureliano se convierte en un galán admirado.
Aunque prontamente será enjuiciado sin excepción por las mujeres, que  no pueden perdonar sus confusiones amorosas... y será disculpado por la mayoría de los hombres, que comprenden cabalmente de qué se trata lo que le pasa al gaucho.


A pesar de sus errores, Aureliano es modesto, sincero, y tiene el buen tino de acercarse a Dios en los momentos de terrible angustia.

Capilla de Santa Isabel en Punta Brava

Los curas del pueblo, el padre Avelino y el padre Juan, se convierten en sus consejeros espirituales, y él los recibe en su alma, porque ambos tienen la humildad propia de los verdaderos servidores de Cristo.


Llevando ganado a La Punilla por consejo de Florinda

La grandeza de Aureliano no estriba en no equivocarse. Sino en tener la entereza para asumir los sufrimientos de su existencia sin renegar, sin sentirse víctima de alguna circunstancia, sin culpar a nadie.

Buen ejemplo para contemplar.
Ningún dolor lo mantiene atado.
El impulso de libertad que lleva en el corazón es tan fuerte que lo desarraiga de cualquier herida, de cualquier tragedia, y de todo odio.

Aureliano es un trabajador del campo, y como tal, sufre el trato opresor que a ellos se les daba hasta la primera mitad del siglo XX. 
A pesar de ello, nunca deja de ser conciente de su dignidad.

En varios momentos nos cuesta creer lo que hace: por lo osado y lo humilde.
Cuando le propone casamiento a Florinda.
Cuando va a buscar la ayuda de su enemigo don Ovidio, el capataz de La Cortejada. 
Cuando va a ver a Magdalena para proponerle comenzar de nuevo su relación.

Nunca permanece varado en el amor propio.
Sobrevuela rápido y leve, acompañando el río de la Vida.

Bella figura la suya: nos muestra muchas fragilidades ¡y tanta fortaleza!

Gracias,  don Aureliano, por su negación completa a darse por vencido.
Gracias por ser parte de las generaciones que tienen esperanza y jamás dudan de su propia valía.




*Voz de Aureliano en la Radionovela: Facundo Arias.








MERCEDES


Mercedes es la hermana de Aureliano, pero también, la amiga más íntima de Magdalena. Estuvieron juntas durante años en el Internado para Señoritas de Córdoba, donde fueron inseparables, al punto de declararse "hermanas del alma".







Mercedes también es huérfana, pero su caracter es totalmente diferente al de Magdalena.

Merceditas es alegre, voluntariosa, fuerte... Es hija de criollos cordobeses, con una genética y una personalidad formada en un contexto muy distinto al de la mimada Magdalena.

Ambas se adoran y se complementan, se ayudan y son incondicionales en su fidelidad.


Mercedes y Magdalena en una Fiesta cuando eran niñas


Mercedes es la única persona ajena a Felipa, a quien Magdalena confía todas sus cuitas. También sabe que de ella vendrán consejos más criteriosos que de su Nana.

Ella salió del Internado para trabajar como maestra de grado en un colegio del Tucumán, y de allí viene este verano, a pasar sus vacaciones a La Cortejada.

Allí la conocemos.
Revoleando sombrero, zapatos y medias para caminar descalza por el pasto, mientras Felipa ataja todo por el aire cuidando que los perros no se  lleven sus prendas para jugar.

Esta escena de la llegada, con el tono jubiloso de Magdalena anunciando su llegada, nos pintan de un solo trazo quién es la que llega.

Cuando se entera de todo lo que acontece en la vida de Magdalena, no la juzga ni por un instante.
Sólo pide detalles, para poder comprender.
Borra todos los temores de su amiga recordándole que se juraron amistad perfecta ante la imagen de la Virgen, en el colegio...
Demuestra que el tiempo no se ha llevado nada. Que no eran bromas infantiles sus afectos.
La vida la llama a La Cortejada para que demuestre lo que aquella vez prometiera: una fidelidad incondicional.
Hermosa virtud la que da el tono a la personalidad de Mercedes: pone un toque justo de alegría y optimismo cuando la situación está difícil.

Unas veces, ofrece licor de menta. Otras, deleita con su canto acompañándose con la guitarra...
En su voz, La Pulpera de Santa Lucía nos estremeces y nos transporta.

Mercedes es la voz de la esperanza y de lo entrañable, porque para nada es superficial.
Su alegría no es artificial. Es honesta. Ve el lado bueno y feliz de las cosas cuando los otros están sumidos en la melancolía o la confusión.

Seguramente que por eso don Jacinto la quiere tanto. ¡Un poco de alegría y paz en la casa! Más que nada, una influencia saludable para su hija, que se despega bastante de Felipa en esos meses que cuenta con su amiga.

El conflicto más intenso para Mercedes, se presenta cuando se entera que Magdalena espera un hijo de su hermano y él acaba de casarse con otra mujer.

Va a verlo. Lo cuestiona. Se desespera. Teme.
Pero  cuando lo escucha, lo comprende,  acepta su decisión y termina por ofrecer sus oraciones para Florinda, que ya está bastante enferma.


Mercedes es maestra y alma de oración.
Una influencia bondadosa y auténtica para todos los que la tratan.
Nunca la vemos odiar.
Es sumamente cortés con don Augusto, y se toma su tiempo para no pre juzgarlo, a pesar de que en confianza, confiesa a Magdalena que al principio le parecía sumamente raro, "¡como si hubiera que darle cuerda para hablar!"

Mercedes es pícara, graciosa y franca.
Da lo que puede hasta el último momento.

En la noche terrible de la tragedia en La Cortejada, aún enredada entre los espinillos del monte, le advierte a don Augusto que Magdalena va hacia la casa ¡y la salva!

Hermoso ejemplo de criolla argentina, Mercedes.
Noble como su hermano, pero más criteriosa que él.
Tal vez porque años de educación ética y religiosa hacen lo suyo en las almas.

¡Gracias, Mercedes por tu presencia en la historia!
Por enseñarnos que valen la alegría y la honestidad por mayor que sea el problema.

Gracias por tu voz y  tu guitarra,  que nos transportaron a los patios donde siempre canta una torcaza.

*Voz de Mercedes en la Radionovela: Noelia Carreño "La Torcacita"







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