MAGDALENA, AUGUSTO Y ESTANISLAO

MAGDALENA

Es la hija del Comisario de una vasta región de Cuyo, el hacendado don Jacinto Algañaraz. Con una casona en el caserío de Punta Brava, donde él naciera, y una Estancia en los campos cercanos, son la familia más pudiente de la zona.
Nada le falta a Magdalena, salvo su madre y una buena guía. 



Estancia La Cortejada: alegría, amor y tragedia.

Magdalena es el prototipo de la joven apasionada e inexperta.
La hija del Comisario Algañaraz atraviesa por todos los peligros que acechan a las almas que no tienen suficiente amor y consejo en la vida.



Magdalena Algañaraz



Ella sufre la falta de la madre y la crianza de Felipa, su nana bien intencionada y que la adora, pero que no posee la suficiente sabiduría para guiarla por buenos caminos.

Padece la personalidad de su padre, que la ama, pero está por completo embuído de creencias prejuiciosas, racistas y sectáreas, como casi todos los hombres de su época. Por lo tanto, sólo encuentra en él órdenes a seguir, reglas que cumplir la exigencia de una obediencia ciega, que no admite la menor réplica.

Bastante difícil la vida de nuesra Señorita Algañaraz.
No pudo haber padecido menos, no pudo haber cometido menos errores, no pudo haber hecho nada diferente de todo aquello que podemos objetarle... porque era una jovencita enamorada e ingenua.



La Mantís favorece la obsesión  de Magdalena


Muchos dirán, al igual que La Mantís: "Y si es tan jovencita... ¿cómo es que anda en celo tras los hombres?"

Tal vez, la pregunta no esté bien hecha. Porque la evolución psicofísica femenina se expresa de ese modo, y no hay nada de malo en ello. Son los adultos lo que deciden o no participar en sus juegos peligrosos o devolverles respeto y guía.

Una señorita no es indecente porque empieza a sentir  atracción por los hombres y fantasea con el poder de su seducción y con una vida amorosa.
Una niña no es mala porque se enamora de jóvenes bastante mayores que ella y sueña con besos y caricias de amantes.
Una y otra son simplemente mujeres en distintas etapas de su crecimiento.

Claro que ésto no deja tranquilo a ningún padre.
Pues será cuestión de asumir lo que se quiere ignorar desde remotas épocas.
Una jovencita como Magdalena, no necesita castigo ni imposiciones.
Necesita consejo, enseñanza, apoyo, acompañamiento y ayuda para comprender las dificultades que tiene.

No pretendemos decir  que con estos ingredientes se hubiera modificado su conducta. Tal vez no.
Hay que prepararse para que eso ocurra.
Para que tal vez, a pesar de todo nuestro amor y esfuerzo, nuestras jovencitas decidan hacer lo que les venga en gana.
Lo importante es permanecer cerca y jamás llegar a situaciones homicidas cuando nos defraudan con sus elecciones.

Si así lo hacemos, les damos mal ejemplo, demostramos poca sabiduría, y producimos alejamientos insalvables. 
Tal como lo  hizo don Jacinto, su padre.

La mayoría de las mujeres del siglo XX cuentan con amenazas de muerte si cometen  determinados actos, en general  relacionados con la sexualidad:

"Si te ponés de novia con ese tipo, lo mato".
"Si te vas de casa con ese, me suicido".
"Si quedás embarazada, te vas de esta casa".
"Si me engañás, las vas a pagar una por una".

La fórmula es: Si hacés ésto o  aquello otro.... habrá muerte y venganza.

Bastante difícil de aceptar la sexualidad de las mujeres... Todavía.




Internado para Señoritas, en Córdoba.




El caso es que durante siete años, luego de la enseñanza básica impartida en su casa por una institutriz, la Niña Algañaraz estuvo en un Internado para Señoritas católico en la ciudad de Córdoba.
Ahí conoció a su inseparable amiga del alma: Mercedes, hermana de Aureliano Leguizamón.

Fue verlo y enamorarse.
Magdalena se enamora enloquecidamente del hermano mayor de su amiga, tanto que no mide consecuencias en su afán por estar junto a él.


Magdalena y Mercedes, cuando eran niñas.

Merceditas es muy querida también  por el padre de Magdalena, y pasa todos los veranos con ellos en la estancia La Cortejada, en las cercanías de Punta Brava.

Cuando empezamos a seguir su historia, ambas acaban de recibirse, y es el primer verano en que no volverán juntas al Internado, al comienzo de las clases.

Don Jacinto Algañaraz tiene planes para su hija: casarla con un joven adinerado y de buena familia de la zona cuyana. Nada más lejano a los anhelos de Magdalena.

Entre los pretendientes, hay un Teniente del Regimiento de Granaderos a Caballo, y don Estanislao, el hijo del Juez de Paz de Mendoza.
Con él la Señorita Algañaraz llegará al compromiso, bajo extrañas condiciones secretas entre ambos.



Don Estanislao, prometido de Magdalena.

Don Estanislao es de noble estirpe cuyana, con una sensibilidad religiosa poco común.
Estanislao es  una luz en el camino de Magdalena, y sus planes favorecen enormemente la vida de su apasionada prometida, víctima inconsciente de las costumbres tradicionales y conservadoras de la clase alta del interior del país.



Augusto Maurage


En la pomposa fiesta de compromiso, aparece un invitado eventual, amistad del padre del novio: don Augusto Maurage.
Augusto es sobrino nieto del músico homónimo, autor de la ópera argentina Tupac, estrenada en el teatro Colón en 1917, de la que él formó parte de la orquesta.

Músico pianista y director interno del Teatro de Ópera de Buenos Aires, Augusto posee ideas humanistas, y basa sus relaciones en un Romanticismo inmaculado.

Su amor nace inmediato al conocer a Magdalena y permanece latente y oculto hasta casi el final de la historia en que los vaivenes amorosos de la joven con Aureliano y su prometido, la dejan exhausta y madura en sus honorables brazos.

Augusto Maurage es modelo del caballero culto, fino, cortés y sensible propio de los comienzos del siglo XX.
Con este tipo de hombres, se inicia una nueva etapa en las relaciones de pareja: respeto, desapego de intereses machistas, pensamientos nobles y altos para considerar la vida de la mujer y su libertad incuestionable.

Eran épocas de Lola Mora y Alfonsina Storni, de  Alicia Moreau de Justo y de Teresa de Willms Montt.

Defensor de la Música Nacional Argentina, Augusto trabaja junto al profesor Williams para que la sociedad de su tiempo fuera sensible al estilo de su propia identidad cultural.
Cosa que no sucedió inmediatamente.

La alta sociedad argentina, vivía enamorada de Europa, de la ópera italiana y el idioma francés.





Lo mejor que ocurre en la vida de Magdalena Algañaraz es la presencia del músico búlgaro por nacimiento y argentino por amor.


Departamento de la calle Sarmiento
centro de reuniones secretas.

Es inquilino en un modesto apartamento cerca del Teatro Colón donde trabaja. Augusto dará lugar a que en su casa se proyecten riesgosos planes para desenmascarar al asesino del diputado Socialista Meijide, cuñado del Comisario Algañaraz.

Amigo incondicional de don Rivera, el músico búlgaro es uno de los héroes intelectuales de nuestra historia.



* Voz de Magdalena  en la Radionovela: Nuria Barreiro.








* Voz de Augusto en la Radionovela: Fernando Aísa.










* Voz e Estanislao en la Radionovela: Diego Felici.








No hay comentarios:

Publicar un comentario